La Misión de Empleo fue encomendada por el gobierno nacional a un equipo multidisciplinario de expertos en materia laboral. El trabajo de este equipo fue recientemente presentado al gobierno y al país.
En su presentación de recomendaciones, la misión señala que el mercado laboral es una de las instituciones sociales y económicas más importantes de Colombia que debe llevar al país hacia una prosperidad compartida y no obstaculizarla como ha sucedido tradicionalmente. Sin embargo, si se comparan los problemas del mercado laboral en Colombia con otros países de Latinoamérica, los nuestros son profundos y han generado un alto nivel de complejidad.
Una de las conclusiones más importantes de la misión, es que debe construirse una visión global de largo plazo que marque la hoja de ruta de múltiples reformas que son necesarias. Esta recomendación pretende un avance ordenado en la creación de las condiciones adecuadas en el mercado laboral, para que éste genere una protección social más amplia, eficaz, redistributiva y facilite que las empresas creen empleos más productivos. Dada la alta complejidad del mercado laboral, la misión alerta que es imposible resolver los problemas existentes con una sola reforma y por ello es primordial construir dicha visión de largo plazo. Esto fortalecerá el desarrollo social y económico del país.
En las recomendaciones entregadas al gobierno, la misión señala que se debe evitar la atomización y desarticulación entre reformas que se hagan al sistema laboral. En los últimos 30 años se han implementado 93 actos jurídicos diferentes, que abordaron aisladamente los retos del mercado laboral y generaron complejidades adicionales en el sistema. Esto limita y desincentiva la formalidad laboral.
Las recomendaciones de la Misión de Empleo tienen un enfoque pragmático que parte de reconocer la complejidad actual y aporta lineamientos que permitirán al país, recorrer organizada y estratégicamente el camino hacia un mercado laboral adaptado a nuestra realidad y a las oportunidades que tenemos como país.
Para la misión es clara la desconexión que existe entre el sistema laboral nacional y, la realidad y las necesidades de nuestro campo, en donde más de la mitad del empleo lo aporta el sector agropecuario. En el campo, la tasa de desempleo es menor a la de las ciudades. Sin embargo, su informalidad laboral es significativamente mayor y la calidad del empleo es precaria. Más del 75% de los trabajadores rurales tienen un ingreso mensual menor a un (1) salario mínimo. El campo muestra la menor participación de mujeres en el mercado laboral (inferior al 40%). Menos del 15% de los trabajadores rurales aportan a pensiones. Estos datos, tomados de los documentos disponibles de la Misión de Empleo, muestran los grandes retos de la Colombia rural en materia laboral.
Es importante recordar que, una gran parte de las oportunidades de desarrollo social y económico de nuestro país está en el campo. Contamos con innumerables bondades y oportunidades para seguirle aportando a Colombia. Es fundamental que la visión que se defina y la hoja de ruta que se establezca tengan esto claro e incorporen un capítulo específico para la ruralidad. Así sumará, facilitará y hará atractivo el avance hacia una prosperidad compartida.
Para el gobierno actual y para los gobiernos futuros es fundamental dedicar esfuerzos y escuchar a nuestro sector para recopilar insumos que permitan al mercado laboral ser una herramienta protagonista en el desarrollo social y económico de la ruralidad colombiana.
Finalmente, la Misión de Empleo reitera la necesidad de una visión global y señala que el objetivo de las reformas que se generen es una protección social más amplia, eficaz, redistributiva y facilitar a las empresas la creación de empleos más productivos. Es una tarea compleja que tiene un gran potencial y cuyo resultado podrá fortalecer el desarrollo social y económico del país. Para seguir avanzando, la misión ha aportado seis lineamientos generales como recomendaciones para que el gobierno pueda generar una gestión organizada del proceso de reformas del mercado laboral:
- Identificar los elementos de protección social que se desean.
- Definir fuentes de financiamiento.
- Ajustar el papel del salario mínimo para que no sea una limitante a la formalidad.
- Renovar los instrumentos de protección al cesante.
- Renovar y fortalecer las instituciones de fiscalización e impartición de justicia laboral adecuándolas al entorno que se derivaría al adoptar los primeros cuatro lineamientos.
- Reorganizar las instituciones de capacitación y formación de recursos humanos para asegurar una fuerza de trabajo más atractiva para el sector productivo.
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