En el año 2022 la producción total nacional de leche cayó según DANE mientras que el acopio industrial de leche creció 8.3% (USP Leche Minagricultura). Para la cadena de valor láctea, este 2023 inició con una producción de leche reducida en enero y febrero. En el acumulado de los 2 primeros meses de 2023, la producción de leche acopiada por la industria es 8.8% menor a la del mismo periodo de 2022 y 11.5% inferior a la información reportada para el inicio de 2021. Esta información de enero y febrero muestra los menores datos de acopio industrial para estos meses en los últimos 10 años. Febrero estuvo incluso por debajo de mayo de 2021, mes en el que el país tuvo fuertes bloqueos que impidieron a la producción agropecuaria llegar a los centros de consumo. La región 1 (zonas donde predomina trópico medio y alto) presenta una producción 9% inferior a la de inicio de 2022 mientras que la región 2 (zonas donde predomina el trópico bajo) reporta producción 7.9% menor.
El constante aumento de los costos de producción o de los precios de canasta de insumos para la producción de leche cruda reportados por DANE durante 2021 (+15%), 2022 (+39%) y lo que va de 2023 (+9%) sumado al fuerte impacto del Fenómeno de la Niña en múltiples momentos durante los últimos 3 años, hacen parte del grupo de elementos que explican esta situación. A esto se suma la menor utilización de terceros acopiadores o intermediarios en el acopio industrial que históricamente representaban entre 10% y 12% del acopio total y para este inicio de año representan solo el 3%. Los productores de leche asumen la mayor parte de los retos que todas estas situaciones generan al sector y, con su trabajo incansable y el de sus equipos, día a día, garantizan la oferta de leche en todas las regiones del país.
Las reglas de juego derivadas de la resolución 017 de 2012 son de primera importancia para nuestro sector productor de leche y, en estos años de condiciones cambiantes, garantizan a los productores un rango de precios que permite cubrir sus costos de producción y que promueve la producción leche de mejor calidad. A partir del 1 de marzo de 2023, tras reunión del Consejo Nacional Lácteo, Minagricultura anunció el incremento de 26% del precio por gramo de grasa, proteína y sólidos totales de la leche cruda. Esto representa un seguro para los productores si, por múltiples razones posibles, se llegara a presentar una caída fuerte en los precios pagados al productor. A pesar de contar actualmente con precios pagados al productor por encima de ese seguro, este no pierde vigencia ni relevancia. Consulta aquí el simulador de precios al productor de USP Minagricultura.
Durante el mes de marzo, según productores asociados en Analac, los precios pagados al productor estuvieron estables, no mostraron cambios significativos. Todo lo anterior ratifica la descripción anterior de lo que representa el anuncio dado por Minagricultura. Adicionalmente, es preocupante que, en los primeros días de abril, con costos nuevamente crecientes, se evidencien bajas ya realizadas y anuncios de reducción en el precio pagado al productor.
Según el reporte de la industria procesadora de leche ante USP-Minagricultura, al cierre de febrero se contaba con inventarios equivalentes a 10 días de acopio (asumiendo acopio diario promedio de 2022), cifra menor a la del cierre de enero, similar a lo registrado a lo largo de 2022 y por debajo del promedio de los últimos 5 años. Esto, en una situación en la que las importaciones de leche en polvo a cero arancel han ingresado ya al mercado nacional. Desde Estados Unidos van en 12,644 toneladas (80.6% del cupo) y en 1,227 toneladas (15.3% del cupo) desde la Unión Europea (Fuente: DIAN).
Por otra parte, Colombia afronta el reto de controlar la inflación y esto necesariamente pasa por una moderación del consumo de los hogares, en el que todas las categorías se han visto y se verán afectadas. Teniendo en cuenta que nuestra cadena hace parte de las categorías afectadas, ante esta situación es fundamental promover la producción, buscando productividades mayores y un balance que permita a cada eslabón mantener un ingreso justo derivado de su actividad. Este escenario hace también, un llamado a todo el sector para encontrar alternativas que mitiguen o reduzcan los costos de producción y que fortalezcan la comunicación, explicando las bondades nutricionales y de salud de los lácteos que continúan estando entre las fuentes, ricas en nutrientes, más económicas en la canasta familiar.
La cadena de valor láctea debe seguir en la búsqueda de mayores eficiencias en la producción y procesamiento de la leche, en la sostenibilidad social, económica, ambiental y de bienestar animal de la cadena y finalmente, de vital importancia, fortaleciendo la comunicación de las historias de nuestro campo, las bondades y potencial de los lácteos como alimentos de alto valor nutricional en todas las edades.