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Retador año 2023: Preocupación en la cadena láctea

Con el objetivo de aportar herramientas para el estudio y toma de decisiones de los productores de leche, la Asociación Nacional de Productores de Leche – Analac, presenta este análisis que parte de repasar la situación sectorial actual y evalúa sus posibles implicaciones en el futuro próximo.

En el año 2022 la producción total nacional de leche cayó según DANE, mientras que el acopio industrial de leche creció 8.3% (Unidad de Seguimiento de Precios de Minagricultura – USP-Minagricultura). Para la cadena de valor láctea, este 2023 inició con una producción de leche acopiada por la industria inferior en 6%, en el acumulado del año hasta abril, frente al mismo periodo de 2022. Después de haber estado por debajo del 4% en enero y febrero, en marzo y abril el acopio indirecto retornó a su rango histórico, llegando nuevamente a niveles superiores al 12% del acopio total. El comportamiento del clima, el alza en los costos de producción, las condiciones de comercialización y la inflación al consumidor hacen parte de las razones que generan estos resultados de producción y preocupan para lo que resta del año.

En enero, después de casi 3 años, se oficializó por parte del IDEAM la finalización del Fenómeno de la Niña. El exceso de agua generó dificultades para la producción lechera durante ese tiempo y aún ahora. Desde febrero y hasta las primeras semanas del segundo semestre, se ha reportado y se proyecta neutralidad en el clima. Este periodo, aunque corto, es fundamental para que los productores nos preparemos para las condiciones de sequía que vendrán con el Fenómeno del Niño que se prevé iniciará en julio de 2023, produciendo y almacenando alimento para nuestros animales. Esta preparación y trabajo debería hacerse en equipo entre productor y comprador para tener herramientas que permitan, al menos, sostener la producción de leche nacional. Con cada vez más eventos climáticos extremos que ocurren con mayor frecuencia y severidad, el comportamiento del clima genera restricciones y retos adicionales para la producción de leche. Es la cadena, y no un solo eslabón, la que debe prepararse ante esta situación. El apoyo de las autoridades regionales y nacionales será clave para afrontar este fenómeno buscando mantener la producción de leche y evaluando mecanismos que, en caso de ser requeridos, permitan garantizar la absorción de la producción nacional mediante crecimiento en los inventarios de leche en polvo.

Los costos de producción de leche se mantienen históricamente altos al cierre de mayo, 9.8% superiores al cierre de 2022 según el Índice de Precios al Productor de Leche cruda reportado por DANE. Este último índice creció nuevamente en abril y solo hasta mayo parece evidenciar el inicio de una tendencia a la baja. Aunque hay señales en el mercado internacional de caída en los precios de algunos de los insumos utilizados en la producción de leche, esto aún no se refleja en la magnitud esperada en Colombia. Los precios locales de fertilizantes han caído, pero son aún distantes de lo que sucede en mercados internacionales. Algo similar ocurre con los alimentos balanceados, cuyas materias primas evidenciaron volatilidad durante el primer trimestre y reducciones en lo que va del segundo trimestre. Todo lo anterior refleja costos históricamente altos y genera expectativas positivas frente a las señales que proyectan un menor costo de producción en el mediano plazo.

Con los retos mencionados en clima y los costos de producción al nivel actual, preocupa la tendencia a la baja en los precios pagados al productor que, desde la última semana de marzo, durante abril y mayo se presentan de manera general en el país, exceptuando únicamente a productores cooperados. En un escenario de costos de producción crecientes en lo que va del año, la USP Minagricultura reporta para abril, una reducción del precio nacional promedio de 0.5%. Con información complementaria del programa de registro de facturas de la Bolsa Mercantil de Colombia que representa cerca del 15% de la leche acopiada por la industria, se evidencia el retroceso acelerado del precio al productor: entre el cierre de marzo y mayo, en 9.7% en promedio.

Al cierre de marzo, la USP-Minagricultura reporta un nivel promedio de inventarios en la industria 29.7% por debajo del promedio de los últimos 5 años y 6.9% superior al nivel promedio de 2022, que ha sido el más bajo en dicho periodo. Existe expectativa e incertidumbre en el sector frente al volumen de importaciones de lácteos adicional, que pueda llegar al país en 2023 dada la tendencia a la baja de los precios internacionales de la leche en polvo que se vio hasta abril y, la revaluación contundente que ha tenido el peso colombiano en las últimas semanas frente al dólar.

Según DANE, al cierre de mayo de 2023, la inflación de alimentos para el consumidor fue de 4.1% frente a diciembre de 2022. Mayo fue el segundo mes consecutivo con caída en los precios del grupo alimentos y bebidas no alcohólicas (-0.17%). Los lácteos frenaron su crecimiento, presentando en mayo un incremento promedio de 0.53%. Sin embargo, aún no retroceden con claridad para el consumidor y esto plantea un obstáculo al consumo. Esta tendencia a la baja en los precios al productor agrega un tercer reto que, en conjunto con el Fenómeno del Niño que se avecina y con los altos costos de producción, representa un gran desafío para la cadena láctea y especialmente para los productores en el futuro cercano.

Finalmente, para este escenario retador de la cadena, es clave resaltar la importancia de estar adecuadamente informados sobre la actualidad de nuestro sector, para así tener, elementos adicionales disponibles al momento de la toma de decisiones en nuestras producciones de leche. Esto debe ir acompañado por un abordaje en equipo de la cadena de valor que necesariamente incluya el acompañamiento y apoyo de nuestras autoridades locales, regionales y nacionales.

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